Hoy sabrás que:
¿Eres católico? ¿Practicante o no
practicante? ¿A qué grupo perteneces?...
Preguntas sin fin que lo único que
consiguen es hacernos sentir incómodos. La inmensa mayoría decimos
ser católicos, y lo de practicante o no practicante dependiendo del
momento.
Pero, ¿Por qué? ¿Cúal es la causa?.
Simplemente por “encajar”, por no despertar miradas con intención
de discriminación o desacuerdo, ya que, recordemos la religión al
igual que otros muchos temas son considerados tabú por el simple
hecho de ser personal.
Sólo aquellos que han conseguido una
fuerte experiencia en su vida, un momento suyo, único con efecto
retroactivo en su vida, sólo esos pocos privilegiados saben por lo
que luchan y aquellos frente a los que luchan.
Esos enemigos de las creencias no son
otros que el cinismo, la ignorancia y el desprecio enmarcado en las
mentes de aquellos que han sucumbido a su ruego.
Tener una causa de vida, tener una
causa de creencia es sin duda alguna el más noble prósito de una
vida humana. Algo que despierta en nosotros unas ganas de no
renunciar, algo, que es un privilegio conseguido con la sangre y
esfuerzo del alma.
Manuel C.
Manuel C.
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